La infección urinaria en la mujer constituye una de las infecciones más frecuentes. Cerca del 30% de las mujeres entre 20 y 40 años han tenido un episodio de infección urinaria durante su vida.
Puede manifestarse con compromiso vesical (cistitis) o bien renal (pielonefritis). La cistitis puede manifestarse con aumento de la frecuencia miccional, ardor al orinar (disuria), molestias en hemiabdomen inferior, micciones con escaso volumen y, a veces, presentan sangrado con la micción (hematuria). Cuando aparece fiebre mayor de 38°C axilar, dolor lumbar, escalofríos, nauseas, vómitos y decaimiento general estamos en presencia de compromiso renal (pielonefritis).
Es más frecuente en las mujeres en edad sexualmente activa. Cuando es recurrente, es decir que repite más de dos o tres episodios en el año, una vez descartadas las alteraciones anatómicas se las vincula con una predisposición biológica a padecerlas y con las relaciones sexuales (cistitis postcoital).
El tratamiento habitual consiste en antibióticos por un período de 3 o 7 días asociados a analgésicos o antiespasmódicos urinarios.
El tratamiento habitual consiste en antibióticos por un período de 3 o 7 días asociados a analgésicos o antiespasmódicos urinarios.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza mediante un análisis de orina (urocultivo), el cual debe realizarse recolectando en un frasco estéril el chorro medio de orina (es aconsejable realizarlo con una retención de al menos 3 horas). Además es recomendable un examen físico completo para descartar compromiso renal.
Como estudios complementarios podemos realizar una ecografía renal y vesical pre y postmiccional, análisis de sangre, radiografía de abdomen y, en ocasiones, una pielografía si los síntomas la justifican, a fin de descartar patologías asociadas.
Como estudios complementarios podemos realizar una ecografía renal y vesical pre y postmiccional, análisis de sangre, radiografía de abdomen y, en ocasiones, una pielografía si los síntomas la justifican, a fin de descartar patologías asociadas.
Es importante no automedicarse ante la presencia de los primeros síntomas de cistitis. Es importante, también, realizar un urocultivo previo al tratamiento y siempre consultar con su médico de cabecera.
Las infecciones urinarias recurrentes (IUR) son un problema clínico frecuente, especialmente en mujeres jóvenes sexualmente activas, en embarazadas, en pacientes posmenopáusicas y en pacientes con patología urológica subyacente. En este capítulo se revisan las IUR basándose en su clasificación: recidivas, que suelen ser precoces (< 1 mes), están causadas por el mismo microorganismo y se asocian con patología urológica subyacente, y reinfecciones, que suelen ser más tardías y causadas por distintos microorganismos (o el mismo que permanecería acantonado en el recto o en las células uroepiteliales). Factores de riesgo asociados a las IUR en mujeres premenopáusicas (generalmente relacionadas con la actividad sexual), en mujeres posmenopáusicas (en las que destaca el papel que desempeña el déficit estrogénico sobre la flora de Lactobacillus vaginal) y en las embarazadas.
Estrategias terapéuticas para la prevención de las IUR: autotratamiento de la cistitis, profilaxis antibiótica continua, profilaxis antibiótica poscoital, estrógenos tópicos vaginales, Lactobacillus, arándanos, administración intravesical de cepas avirulentas de Escherichia coli y vacunas, entre otros.
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