El cólico renal es producido por el pasaje de un cálculo a través de la vía urinaria.
Dolor lumbar y abdominal, intenso y unilateral que se inicia en forma aguda y se acompaña de inquietud, náuseas, vómitos, sudoración y distensión abdominal. Puede irradiarse hacia la zona abdominal y la ingle del lado afectado.
Puede durar entre 15 minutos y 5 días.
Se calcula que entre el 10 y el 15% de la población puede tener un cólico renal en algún momento de su vida.
FACTORES PREDISPONENTES.
Es más frecuente entre los hombres y suele presentarse con mayor frecuencia en los meses del verano. Esto último se debe a que la orina se concentra más (al perderse más agua a través de la respiración y la transpiración) y los cristales, que habitualmente se diluyen en condiciones normales, precipitan y se aglutinan formando lo que comúnmente se denomina "arenilla". De persistir estas condiciones, esta "arenilla" formará más adelante un cálculo.
Este es el motivo por el cual mantener una ingesta abundante de líquidos (durante todo el año, pero especialmente en el verano) es altamente recomendable para prevenir la aparición del cólico renal.
Otros factores que predisponen a la formación de cálculos renales son la alimentación rica en sal, proteínas animales y pobres en calcio.
Presentar antecedentes familiares cercanos (padres o hermanos) aumenta la posibilidad de recurrencia (repetición del episodio).
Cerca de la mitad de los cólicos renales vuelven a presentarse dentro de los cinco años siguientes al primer episodio.
¿QUÉ LO OCASIONA?
Se presenta cuando un cálculo obstruye las vías urinarias.
Los cálculos urinarios pueden deberse a un exceso de calcio en la orina que, al no poder mantenerse disuelto, precipita en forma de cristales.
Menos frecuentemente se forman cálculos de ácido úrico y cistina.
La piedra o cálculo puede desplazarse desde el riñón hacia la vejiga a través del uréter.
SIGNOS Y SÍNTOMAS.
Dolor cólico que se inicia generalmente en la región lumbar alta y que se irradia hacia la cara anterior del abdomen bajando hacia la ingle para llegar hasta los genitales, todo a un mismo tiempo. Hay urgente necesidad de orinar y puede haber sangre en la orina.
DIAGNÓSTICO.
La estrategia diagnóstica en el cólico renal está orientada a la identificación del cálculo responsable del mismo. Este objetivo se obtiene aproximadamente en el 50% de las veces mediante estudios como la radiografía de abdomen, la ecografía renal y, en situaciones especiales, la tomografía de abdomen.
El hecho de no poder evidenciar todos los cálculos se debe, a que muchas veces, el tamaño de los mismos es muy pequeño y escapa a la capacidad de detección de los estudios, inclusive de los más sofisticados.
El análisis microscópico de la orina es una eficaz herramienta (para esto es fundamental respetar las tres horas de retención que habitualmente se solicita) no para la detección del cálculo en sí, sino para evidenciar la presencia de glóbulos rojos que se eliminan con la orina, producto del pasaje del cálculo con micro traumatismos de la vía urinaria.
En presencia de un dolor característico de cólico renal, un análisis de orina revela glóbulos rojos, blancos y cristales que forman el cálculo.
En caso de ser necesarias pruebas adicionales, pueden tomarse radiografías que permiten detectar los cálculos cuando son depósitos de calcio o de magnesio y fosfato.
En algunos casos, los cálculos de ácido úrico se pueden visualizar usando técnicas radiológicas que emplean material de contraste.
Otro medio de diagnosticar la litiasis es por medio de la ecografía de vías urinarias.
TRATAMIENTOS Y RECOMENDACIONES.
Inicialmente es calmar el dolor. Muchas veces se atiende en un servicio de urgencia usando analgésicos endovenosos o intramusculares.
La posibilidad de eliminar espontáneamente el cálculo es inversamente proporcional al tamaño del mismo (a menor tamaño mayor posibilidad de eliminarlo).
En general, los cálculos menores de 5mm de diámetro se expulsan espontáneamente en un plazo promedio de dos a tres días.
Se aconseja intentar recuperar el cálculo para su estudio metabólico posterior, para saber de que sustancias está compuesto (oxalato de calcio, fosfato, ácido úrico, cistina, etc.) y de esta forma poder aconsejar mejor que medidas implementar para evitar la recurrencia del mismo.
Para aquellos cálculos que superan los 5mm de diámetro las posibilidades de eliminarse espontáneamente disminuyen y es aconsejable su seguimiento por un especialista.
Si los cálculos están ubicados en los tubos que recorren los riñones o en la salida de los uréteres, puede recurrirse a una terapia de ondas sonoras que los pulverizan.
Después, se recomienda ingerir líquidos para ayudar a la eliminación de los restos del cálculo por orina.
Si el cálculo está en la parte inferior del uréter, puede extraerse por endoscopia desde la uretra. Los dolores se pueden aliviar con analgésicos potentes.
Cuando los cálculos son pequeños y se considera que la persona puede eliminarlos naturalmente, se receta un calmante y se indica beber mucho líquido para estimular la micción.
Para prevenir la formación de cálculos es necesario llevar a cabo dieta especial, la cual deberá de ser indicada por el medico, dependiendo de la sustancia que formo el calculo.
Asegurarse una abundante ingesta de líquidos. Especialmente en verano. Lo más recomendable es agua (no se aconsejan las bebidas gaseosas por su contenido en sodio) en una cantidad de dos a tres litros por día. Como a muchas personas les es difícil calcular la cantidad de líquidos que toman, una forma simple de saber si se está tomando la cantidad adecuada es observar el color de la orina, que debe ser transparente y perder su color amarillo.
El dolor agudo puede disminuir con un baño de inmersión en agua templada que actúa como antiespasmódico de las vías urinarias.
RECUERDE.
Está prohibido automedicarse.
Concurrir a un servicio de urgencia para hacer el diagnóstico y tratar el dolor.
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