miércoles, 15 de diciembre de 2010

Disfuncion Erectil



Se define como disfunción eréctil (DE) a la incapacidad parcial o total del hombre para alcanzar y/o mantener una erección con una rigidez suficiente que permita una relación sexual satisfactoria.
Si bien la magnitud del problema no está claramente definida, todos los estudios publicados coinciden en señalar que la DE o impotencia sexual masculina es una enfermedad dependiente de la edad, poco común en los hombres menores de 40 años y muy frecuente a partir de los 60 ó 70 años.

Entre los factores de riesgo o predisponentes para el desarrollo de la disfunción sexual eréctil se encuentran, como hemos mencionado, la edad (mas de 60 años), el tabaquismo, la diabetes, las enfermedades cardíacas, la hipertensión arterial, la depresión, el desempleo, etc. entre otros factores.

Causas de la DE
Se presenta habitualmente asociada a dos factores: los orgánicos (enfermedades en diferentes órganos) y los psicológicos, aunque la presencia de uno no excluye la participación del otro.

Hasta hace tres o cuatro décadas, las estadísticas informaban sobre el predominio de los factores psicológicos en el 80% ó 90% de los casos de DE. En la actualidad, la mayoría de los estudios señalan la responsabilidad de las causas orgánicas, particularmente las enfermedades vasculares como factores predominantes en la DE entre los varones de edad más avanzada.

En muchos pacientes con DE de causa psicológica es muy común el antecedente de fracasos sexuales aislados (característica normal del comportamiento sexual masculino) luego del cual se sienten frustrados y avergonzados registrando así dichos episodios en su memoria. Posteriormente, durante los encuentros futuros, esta imagen de sí mismo fracasando les produce la pérdida de concentración y predispone a nuevos y reiterados fracasos.
Diagnóstico de la DE
El diagnóstico de la disfunción comienza con la primera entrevista médica. Habitualmente la sola mención del problema por parte del paciente lleva al diagnóstico y a la determinación de la causa. Una historia sexual adecuada ayuda a descartar algunas condiciones que pueden acompañar a la disfunción eréctil, tales como la disminución de la libido (falta de deseo sexual) y los problemas del orgasmo, incluyendo el retardo en la eyaculación o la eyaculación precoz.

Los fracasos reiterados con ausencia completa de erecciones muchas veces pueden orientar a la presencia de un problema orgánico mientras que los episodios variables o circunstanciales orientan hacia posibles causas psicológicas. El inicio brusco de la DE en ausencia de otras enfermedades orgánicas conocidas, sugiere la participación de factores psicológicos, mientras que el comienzo paulatino es más propio de las causas orgánicas.

Las erecciones peneanas nocturnas son una condición normal y constante del hombre, desde su nacimiento hasta avanzada la tercera edad. Con frecuencia, durante las interrupciones del sueño nocturno o al despertar por las mañanas, los varones se encuentran con una erección involuntaria debido a la coincidencia temporal de ambas circunstancias (despertar justo durante un episodio de erección normal o fisiológica). Cuando las erecciones nocturnas o matinales se presentan con frecuencia y son normales simbolizan el buen funcionamiento de los componentes orgánicos que participan de esta función.

El examen físico de los pacientes con disfunción eréctil incluye la evaluación de su estado general y el examen de los genitales externos donde se investiga la existencia de posibles alteraciones del pene.

La solicitud de análisis de laboratorio dependerá de cada caso en particular y está orientada por las características de la enfermedad actual, los antecedentes personales y el examen físico. Debido a la participación de ciertas enfermedades responsables de la DE, se puede solicitar un control hematológico y bioquímico básico donde se puedan excluir las diferentes enfermedades potencialmente responsables de la misma.

La realización de pruebas de diagnóstico más específicas estará determinada por las características particulares de cada paciente y sobre todo por la selección de las opciones de tratamiento. Existen varios procedimientos de diagnóstico como evaluar las erecciones durante el sueño (monitoreo de las tumescencias penianas nocturnas - Rigiscan) o estudiar el flujo sanguíneo del pene (examen circulatorio con doppler, caverno-sometría, caverno-sografía, arteriografía pudenda, etc.).
Debido a la diversidad existente, la elección del estudio a realizar dependerá de la patología, del paciente y de la disponibilidad tecnológica del médico.

En la actualidad, el éxito terapéutico producido por drogas de administración vía oral ha provocado grandes cambios en la evaluación de los pacientes con DE. La mayoría de los médicos realizan pruebas de tratamiento (indicar el tratamiento sin mayores investigaciones o pruebas diagnósticas) con estas drogas y luego categorizan a sus pacientes en dos grupos:

  • Respondedores a los agentes orales.

  • Resistentes (no respondedores) a los agentes orales.


  • En muchos casos en los pacientes que han respondido satisfactoriamente al tratamiento oral se puede no realizar investigación de los factores causales (por la complejidad de algunos estudios y el costo económico) ya que generalmente no modifica la conducta terapéutica posterior.




    Tratamiento de la DE

    En los últimos años gracias a la aparición de las drogas para administración por vía oral ha cambiado drástica y satisfactoriamente el tratamiento de la DE en un gran número de pacientes. El principal objetivo del tratamiento de DE es que el paciente esté informado y se sienta lo mas satisfecho y conforme posible con la alternativa utilizada.

    Existen diferentes alternativas de tratamiento y en aquellos casos en los cuales exista una estricta asociación con el origen de la DE se tratará además la causa desencadenante del problema.

    Entre los tratamientos de primera línea se encuentran las drogas para administración por vía oral (Sildenafil, Tadalafil, Vardenafil). Este tipo de tratamiento puede ser aplicado en aquellos casos donde la DE tiene un origen psicológico que no puede resolverse y fundamentalmente en aquellos casos asociados a causas orgánicas. La popularidad de estos tratamientos ha acarreado en muchos casos una utilización inadecuada de los mismos y muchos pacientes que se consideran no respondedores, por haberlos utilizado en forma inadecuada, pueden responder satisfactoriamente tras la correcta prescripción de los mismos por parte del médico urólogo. Son drogas muy seguras siempre que se tengan en cuenta algunas consideraciones especiales respecto a su utilización, en especial, en los que respeta a su combinación con fármacos que contengan nitroglicerina entre otras precauciones.

    En aquellos pacientes que hayan realizado un tratamiento adecuado con algunas de estas drogas y no han encontrado una respuesta favorable, puede indicarse el tratamiento de inyección de drogas vaso-activas o tratamiento intra-cavernoso (inyección a nivel del pene). Para esto el médico urólogo explicara, informará e indicará al paciente la forma y dosis de administración de las mismas. Habitualmente se indica una combinación de drogas que deben ser aplicadas con una dosis específica para cada paciente luego de un entrenamiento o aprendizaje que el paciente debe hacer junto con su urólogo. Para este tipo de tratamiento se requiere de una destreza manual adecuada o de la colaboración de la pareja sexual del paciente para una correcta inyección de las drogas.

    En otros casos puede estar indicada la utilización de bombas de vacío, que consisten básicamente en un cilindro en el cual se introduce el pene y por medio de la generación de una presión negativa a nivel del mismo se logra el llenado de los tejidos peneanos con sangre y la consecuente erección.

    Ante el fracaso o la imposibilidad de aplicación de los tratamiento anteriores puede estar indicado el implante quirúrgico de prótesis peneanas. Existen diferentes tipos de prótesis y la principal diferencia entre las mismas se encuentra en el modo de funcionamiento y en la comodidad para su utilización.

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