viernes, 10 de diciembre de 2010

Tabaco y cancer de vejiga

El cáncer de vejiga es uno de los diversos tipos de neoplasias relacionados con el hábito de fumar, tal como fuera reconocido desde ya hace muchos años. Aunque parezca extraño que algo que ingresa por la vía respiratoria llegue a provocar una enfermedad en un sitio tan distante como la vejiga, debemos recordar qué sucede con las sustancias contenidas en el humo del tabaco. Las sustancias tóxicas del cigarrillo pasan a la circulación sanguínea y de allí al riñón, donde se disuelven en la orina formada, que a su vez, se acumula en la vejiga para ser eliminadas al orinar. De esta forma las sustancias peligrosas, como las contenidas en el humo de tabaco –al igual que los solventes o ciertas tinturas químicas–, toman contacto con las paredes de la vejiga y pueden inducir cambios que finalmente podrían transformarse en cáncer vesical.
Entre los años 2001 y 2004, un grupo de expertos del National Cancer Institute, en Bethesda (EE.UU.) estudiaron el riesgo de sufrir cáncer de vejiga en fumadores, a partir de los datos de un amplio estudio de población realizado en las localidades de Maine, New Hampshire y Vermont. Además, compararon los resultados obtenidos con los registrados en otros 2 estudios, practicados en New Hampshire, en 1994 y 1998.
Los resultados de estos estudios indican que desde mediados de la década de 1990 hasta el presente el nivel de riesgo de padecer cáncer vesical entre los fumadores se elevó progresivamente hasta alcanzar la situación actual, donde es 5 veces superior al de no fumadores. Otro dato interesante aportado por la investigación conjunta es que lo riesgoso es el tiempo que se mantiene el hábito de fumar, más que la cantidad de cigarrillos fumados diariamente. Esta información echa por la borda la creencia de muchos tabaquistas acerca de que en su caso no habrá riesgo de complicaciones por el cigarrillo, ya que han disminuido su consumo.
El cambio observado en el grado de asociación entre riesgo de cáncer de vejiga y consumo de cigarrillos a lo largo del tiempo merece un análisis particular. A juicio de los autores de la investigación, publicada muy recientemente en el Journal of the National Cancer Institute, la explicación podría hallarse en la concentración de carcinógenos (sustancias potencialmente productoras de cáncer) en el humo de cigarrillo, así como en el aumento del consumo de cigarrillos de los denominados bajos en nicotina o “low tar”. Quienes cambian los cigarrillos comunes por estos últimos incrementan la profundidad y la frecuencia de inhalación del humo para satisfacer su necesidad de nicotina.

http://www.youtube.com/watch?v=RT5fvE8O6AA

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